El día Internacional de las Mujeres surgió con el objetivo de reivindicar derechos para las mismas: como el derecho a votar, el derecho a llevar los pantalones en casa y poder administrar los propios bienes (aunque si, también se nos llegó a prohibir llevar pantalones), el derecho a la planificación familiar y al uso de métodos anticonceptivos y al aborto, el derecho a ocupar cargos públicos, el derecho a la formación profesional, el derecho a participar en las fuerzas armadas…
Estos derechos, con mucho esfuerzo, se han conseguido. Hoy en día las mujeres podemos votar, podemos ir al banco y sacar nuestro dinero, podemos decidir si queremos o no queremos ser madres, podemos ocupar cargos públicos, podemos formarnos profesionalmente, podemos participar en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado… ¡Ah! ¡Y podemos llevar pantalones!
La Psicología ha contribuido y sigue contribuyendo en esta conquista de la igualdad, y este artículo tiene el objetivo de reconocer el trabajo de todos los compañeros que trabajan día a día por conseguirlo.
En primer lugar, me gustaría reconocer el trabajo de todos los profesionales de la Psicología que se dedican a la investigación y a la redacción de publicaciones. Contribuís enormemente a la difusión de información científica y objetiva, a la visibilización de las desigualdades que aún existen, y sois una fuente fundamental para el desarrollo de acciones de prevención. GRACIAS.
En esta prevención nos encontramos a todos los compañeros que se dedican a elaborar pruebas psicométricas válidas y fiables para, por ejemplo, la evaluación del riesgo de violencia machista. Parece obvio, pero lo quiero destacar: gracias a vosotros hoy en día se consigue evaluar la probabilidad de violencia, y se protege a miles de mujeres en nuestro país. También encontramos aquí a los compañeros que elaboran programas psicoeducativos, y que contribuyen a la formación de la población en igualdad de género y en relaciones sociales sanas: el gran objetivo pendiente. GRACIAS.
En cuanto a intervención, son múltiples las contribuciones de los compañeros: psicoeducación y tratamiento de hombres con comportamientos violentos hacia las mujeres, entrenamiento en habilidades de mujeres víctimas (entrenamiento en habilidades de solución de problemas y toma de decisiones, herramientas de autocuidado, empoderamiento y fomento de la autonomía, etc.), tratamiento psicológico para paliar las secuelas postraumáticas, intervención en crisis y urgencias, prevención de nuevas situaciones violentas, etc. GRACIAS.
Como decía al comienzo de este artículo, son muchos los derechos que hemos conseguido para las mujeres.
Que no se nos olvide que aún quedan algunos por conseguir, como el derecho a la no discriminación laboral (que sigue plasmándose en la brecha salarial o en el número de mujeres acosadas sexualmente en el trabajo), el derecho a ser tratadas con dignidad y respeto (que se viola constantemente a través de la violencia machista), el derecho a la equiparación en las tareas de cuidado del hogar, de los menores y de las personas mayores, etc.
Que no se nos olvide que normalizar estas diferencias, normalizar valores culturales machistas, y negar la existencia de la violencia de género, es un retroceso social y un sabotaje a los derechos humanos.
Y que no se nos olvide nunca la enorme labor que hacemos compañeros. ¡GRACIAS!
Andrea García Beato.
Col. CM-02689
Psicóloga General Sanitaria y Forense.