A propósito D… Día Europeo de la Salud Sexual. Salud sexual y Psicología. Enfoque sexológico

Como cada 14 de febrero se celebra el Día europeo de la Salud Sexual. Es una iniciativa de la Alianza Europea para la Salud Sexual, cuya organización lucha por concienciar a hombres y mujeres acerca de aplicar hábitos sexuales saludables a la población.

Desde el Colegio Oficial de la Psicología de Castilla-La Mancha queremos contribuir a esta conmemoración dando valor a la sensibilización para que la sexualidad se viva de manera saludable además de lúdica y placentera. Con este fin escribimos esté artículo dando a conocer nuestra contribución a dicha disciplina.

Los profesionales de la Psicología Sanitaria y Clínica somos un referente al que la población consulta los problemas relacionados con la salud mental pero también y cada vez más, los conflictos relacionados con la vida sexual. En general se nos considera expertos en cualquier dificultad humana. Por ello es necesario la formación continuada, en este caso sexológica con el fin de crear un modelo de asesoramiento dirigido a las intervenciones que estén relacionadas con el hecho sexual humano.

Consideramos importante concretar esas demandas no solamente para hacer un diagnóstico diferencial y facilitar su abordaje sino para realizar una intervención eficaz y ordenada, compartiendo los recursos que nos aporta la Sexología, disciplina que complementa y enriquece nuestro oficio como profesionales de la psicología.

Tomando como referencia el modelo de clasificación sexológica creado por Juan Gérvas trataremos de ordenar las principales demandas sexuales según su etiología u origen principal. Esta clasificación no es exhaustiva, se pueden solapar unas con otras, por tanto, debe ser el profesional de la psicología que realice la intervención, quien finalmente las encuadre.

1.- Secundarias a problemas orgánicos.

Nos referimos en este apartado a aquellas dificultades sexuales consecuencia de una dolencia crónica. Casi todas las enfermedades afectan a la salud sexual en mayor o menor medida. En este caso hay un grupo de pacientes que se enfrentan a un malestar habitual o invalidante que altera irreversiblemente su función sexual. Dicha cuestión se suele evadir por desconocimiento en el abordaje adecuado. Por otro lado, el paciente silencia sus dificultades convencido de que o bien no son tratables por ser condición esencial de su dolencia o serán consideradas como una nimiedad. En algunos casos, a las limitaciones en la vida sexual del paciente relacionadas de manera directa por la enfermedad se añaden depresión, ansiedad, baja autoestima y expectativas muy pesimistas que dificultan la rehabilitación del paciente.

Ejemplos: Disminución o inhibición del deseo por alteraciones hormonales, disfunción eréctil, malformaciones genitales o estéticas, ETS, enfermedades crónicas o invalidantes en pacientes con lesiones medulares, diabéticos de larga evolución, esclerosis múltiple, cáncer…

2.- Secundarias a problemas psicopatológicos.

Muchos trastornos psicopatológicos cursan con dificultades sexuales más o menos agudas. Algunas son un síntoma añadido a un cuadro psiquiátrico, contribuyendo a sus criterios diagnósticos, como la falta de deseo en la depresión mayor. Otras están ligadas a la cronificación de un trastorno, como las derivadas de conflictos de pareja causados por el deterioro del paciente, y otras incluso pueden ser un intento de mantener el equilibrio dentro de un cuadro grave, como ciertas disfunciones o delirios de cambio de identidad sexual en pacientes con cuadros psicóticos.

También el estrés puede deteriorar la salud sexual de cualquier individuo, siendo las respuestas variables de una persona a otra.

Ejemplos: depresión, psicosis, estrés, adicciones…

3.-Secundarias a tratamientos.

El efecto adverso de muchos tratamientos (farmacológicos, médicos o quirúrgicos) sobre la esfera sexual es bien conocido. Sin embargo, resulta difícil establecer hasta qué punto la instauración de un proceso de deterioro de algún aspecto de la vida sexual del paciente se debe al procedimiento aplicado, a las dolencias que se está tratando, a factores relacionados con las repercusiones emocionales de la enfermedad, o incluso a otros efectos secundarios del tratamiento que terminan repercutiendo en la salud sexual como los cambios en la imagen corporal. Es cierto que todas estas modificaciones son difíciles de concretar, pero las señalamos para poner de relieve que el paciente, al tratarse de un ser sexuado reacciona de manera global frente a la enfermedad y el tratamiento aplicado.

Ejemplos:

Farmacológicos: inhibición del deseo por betabloqueantes, impotencia por antidepresivos, retardo o inhibición del orgasmo por IMAOS, disminución de la lubricación vaginal por antihistamínicos o anticolinérgicos, quimioterapia…

Médico: diálisis, radioterapia…

Quirúrgico: mastectomía, prostatectomía…

4.- Educación sexual.

En las consultas de psicología clínica o general sanitaria se suelen atender demandas en torno a la educación sexual.

Ejemplos: expectativas poco realistas o falta de información que genera angustia; solicitud de información sobre efectos secundarios de enfermedades o tratamientos en la esfera sexual (incluyendo contracepción); infertilidad y reproducción asistida; prevención de ETS; reinicio de relaciones sexuales tras enfermedad (infarto); consultas sobre fisiología o anatomía…

5.- Asociadas al ciclo vital.

Por otra parte, también es frecuente atender cuestiones en relación con el ciclo vital y la sexualidad, desde las dudas de los padres y madres sobre la infancia de los menores hasta la adolescencia o adultez.

Ejemplos: consultas de padres sobre el desarrollo sexual de sus hijos; adolescentes con dudas sobres su orientación o identidad sexual, pubertad precoz/retardada; dificultades en el inicio de las relaciones sexuales, consultas sobre cambios asociados a la menopausia o sobre modificaciones de la respuesta sexual con la edad, mujer embarazada preocupada por la conveniencia de mantener relaciones sexuales…

6.- Dificultades propias de la vida sexual.

En este apartado se incluyen las llamadas disfunciones sexuales de causa psicógena, pero también pueden acudir en busca de ayuda individuos con conflictos asociados a su identidad y orientación sexual.

Ejemplos: eyaculación precoz primaria, impotencia coital psicógena, problemas de identidad sexual, conflictos de pareja…

Necesidad de la formación sexológica en la consulta de psicología clínica o psicología general sanitaria.

En ocasiones la salud sexual de los pacientes es la primera demanda a pesar de que venga enmascarada en otra que se considere más legítima. Es nuestro deber y obligación estar formados para la buena praxis en este tipo de intervenciones para poder ofrecerles la mejor atención posible.

¿Cómo podríamos actuar desde la psicología clínica o general sanitaria?

Cualquier demanda debería ser atendida. Cuando la desatendemos, el paciente puede sentir abandono, además de desorientación.

Ahora bien, si decidimos hacernos cargo de ellas, aparece en primer plano la necesidad de esclarecer cuáles son nuestras actitudes personales con respecto a los pacientes, en este caso, actitudes sobre la sexualidad.

¿Por qué es importante preocuparnos de nuestra actitud personal hacia el hecho sexual humano?

Porque se trata de un aspecto del cuidado de la salud en el que se ponen en juego emociones y sentimientos íntimos que pueden influir en nuestra forma de tratar al paciente. Es decir, sería de obligado cumplimiento replantearnos continuamente conceptos vitales e ideas morales con el fin de cuestionarnos nuestras actitudes desde sus componentes cognitivo, afectivo y de intencionalidad de conducta.

Terminamos este artículo con palabras de la OMS, organismo que concede mucha importancia a las actitudes de los profesionales de la salud que manejan problemas de salud sexual:

“Es necesario adquirir actitudes sanas respecto a la sexualidad…El conocimiento por parte del profesional de la salud de su propia sexualidad y el enfoque racional de sus propios problemas sexuales le ayudarán a ocuparse de las dificultades de otras personas…Las actitudes punitivas o negativas, las afirmaciones ligeras y los métodos inapropiados en relación con las cuestiones sexuales pueden dañar gravemente la apreciación que el paciente haga del valor de su propia vida sexual”.

Por tanto, desde la Psicología Clínica y General Sanitaria deberíamos articular un modelo de educación -asesoramiento sexual adecuado a las necesidades asistenciales de las personas que acudan solicitando nuestra atención profesional.

María Pilar Soria Antonio.
Psicóloga Clínica colegiada Nº 496

Elia Victoria González Nisa.
Estudiante en prácticas de Máster Psicología General Sanitaria.
PRE-AN00158 (COPAO)

2023-06-02 XV Jornada Regional Psicología y Sociedad (25)
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