Ya resulta familiar y frecuente escuchar hablar de Coaching en diferentes ámbitos, aunque todavía no esté del todo claro a qué se refiere esta metodología de trabajo y qué relación tiene con la Psicología. El Coaching se refiere a un proceso de acompañamiento en el que un profesional (Coach) acompaña a un cliente (Coachee) en un proceso de cambio, en un momento clave de su vida, hasta que alcance sus objetivos.Ésta es una de tantas definiciones de Coaching que podemos encontrar en la literatura y en las que se hace referencia a un método de trabajo en el que se acompaña o se ayuda a las personas a conseguir la mejor versión de sí mismas. Según ASESCO (Asociación Española de Coaching ), se podría decir que el coaching es el arte de trabajar con los demás para que ellos obtengan resultados fuera de lo común y mejoren su actuación. Es una actividad que genera nuevas posibilidades para la acción y permite resultados extraordinarios en el desempeño.
La palabra Coach, en inglés, se refiere a un entrenador. En sentido amplio, a una persona que te acompaña en tu proceso de preparación y mejora, que puede ir mucho más allá del plano específicamente deportivo. Y aquí es donde la disciplina del Coaching se ha aplicado al ámbito empresarial, directivo o ejecutivo y al ámbito personal. Cuando entramos en el terreno del Coaching personal, es inevitable tocar la frontera que hay entre esta disciplina y la psicología y también aparece la polémica sobre los perfiles profesionales de los coaches que no son psicólogos. Cuando entramos en este ámbito de competencias del coach y conocemos cuáles son los requisitos para formarse en esta especialidad, surge el debate respecto a si la especialización en Coaching tiene que estar reservada a profesionales con el perfil de psicólogos, y no abierto, como ocurre en la actualidad, a otros perfiles profesionales que pueden ser absolutamente variados e incluso, sin nivel universitario. Hay que señalar que, actualmente, la profesión de Coach no está regulada por ninguna normativa, ni se trata de una profesión colegial. Existen varias asociaciones de ámbito nacional e internacional que ofrecen avales profesionales y certificaciones tanto de programas formativos como de profesionalidad de quiénes ejercen la labor de coach.
Así pues, queda claro que hay diferencias entre Coaching y terapia. Coaching tampoco es formación, ni siquiera es consultoría, si se piensa en el ámbito empresarial. Un Coach tiene la fantástica función de provocar que cada uno saque su mejor versión, el máximo potencial en el uso de sus recursos propios para lograr un cambio hacia futuro y centrado en un objetivo concreto. Promueve la acción a partir de la responsabilidad individual.
Ahondando en esta diferencia entre el Coaching y la psicología, nos encontramos que el Coach no da soluciones ni las sugiere; te acompaña para que seas tú quien las encuentres; las tuyas, las que realmente te van a servir. Favorece que aprendas a convivir con tus miedos o que tomes conciencia de las cuestiones que te limitan para que puedas decidir si quieres superarlas. Desde el Coaching se pasan determinados temas con más rapidez, no se profundiza ni se busca el porqué, las causas que provocaron una situación. El coaching enfoca a la persona hacia el futuro y hacia unos objetivos determinados, de manera que active las acciones necesarias para lograrlos, dejando atrás excusas o justificaciones.
El proceso de Coaching se basa en tomar conciencia de lo que existe a tu alrededor, del punto de partida del coachee en el que se está planteando un cambio; esto permite asumir la responsabilidad, ver lo que se puede hacer y se quiere hacer en lo que depende de cada cual y siempre atendiendo al punto de vista y a la realidad del coachee, no desde la perspectiva del profesional; emprender acciones enfocadas a ese cambio que quiere conseguir y entonces …. ocurre. Se produce un cambio y se consigue el objetivo propuesto. En este proceso, es muy importante plantear adecuadamente los objetivos, que sean específicos, medibles, alcanzables, relevantes y delimitados en el tiempo.
Y ¿cómo hace esto el Coach? Pues fundamentalmente preguntando. Hay preguntas que nos hacen pensar, reflexionar y nos permiten tener algo así como otro punto de vista. El Coach hace preguntas poderosas y también plantea tareas, dentro de un proceso en el que el cliente o Coachee es el protagonista. El Coach conoce herramientas específicas que pone a disposición del coachee para que vaya realizando ese proceso y generando ese cambio. Apoya el compromiso y propone el seguimiento de cada uno de los pasos que se van dando, favoreciendo los ajustes necesarios y alentando la continuidad del proceso.
El Coaching ha venido para quedarse entre nosotros y se está haciendo presente cada vez en más ámbitos. Abre múltiples opciones de aplicación y complemento de otros perfiles profesionales, por citar un ejemplo, en el ámbito educativo se está promoviendo la figura del maestro-coach, una figura de referencia que no va a basarse en transmitir contenidos al alumnado, sino que va a promover su participación activa en el proceso de aprendizaje. De hecho, Finlandia es uno de los países pioneros en aplicar este cambio de mejora en un sistema considerado de referencia mundial. ¿Qué vamos a hacer nosotros?
Catalina Fuster Bennasar
Psicóloga y Coach
Colegiada nº CM-01449
