Crisis, crisis, crisis…, malos tiempos para las mujeres…
El Día Internacional de las mujeres conmemora la lucha de la mujer por su participación equitativa dentro de la sociedad, su empoderamiento y su desarrollo íntegro como persona.
A lo largo de los siglos y en todas las culturas, las mujeres han sido subestimadas, olvidadas y tratadas injustamente por la historia, independientemente de sus hallazgos. Mujeres científicas, artistas, humanistas, filósofas, músicas, literatas, poetas, novelistas; mujeres ensayistas, inventoras, matemáticas, activistas, políticas, periodistas, deportistas, bibliotecarias, maestras. Y también agricultoras, ganaderas, artesanas, empresarias, cocineras, cuidadoras, madres… Algunas de estas mujeres, aunque invisibilizadas –o a veces escondidas detrás de un pseudónimo-, llegaron y consiguieron grandes logros.
Esta invisibilidad de la historia sobre los muchos hallazgos y aportaciones realizadas por mujeres a la sociedad, continúa en nuestro día a día, en cuanto, en el contexto de crisis sanitaria en el que nos venimos encontrando desde hace casi un año, con motivo de la pandemia Covid-19, se ha demostrado la dependencia invisible que, como comunidad, tenemos de las mujeres, tanto en los servicios esenciales, como en el ámbito del hogar, o como cuidadoras, muchas veces, no remuneradas o en condiciones dignas, y que venimos siendo más conscientes a raíz de la pandemia, dando una mayor visibilidad a la doble jornada laboral.
La Covid-19 no solo ha vuelto nuestras vidas del revés, sino que ha sacado a la luz desigualdades enquistadas en nuestra sociedad que no resultaban tan evidentes. Entre las consecuencias de la pandemia, se han evidenciado las desigualdades estructurales de nuestra sociedad en todos los ámbitos: económico, sanitario, de protección social… Y las restricciones han supuesto una grave amenaza para los derechos de las mujeres, conquistados con gran esfuerzo, pero que se han demostrado extraordinariamente frágiles. Y también una amenaza para su integridad y la de sus hijas e hijos, en cuanto debíamos permanecer confinados en nuestras casas.
Las mujeres se encuentran en la primera línea de la crisis de la Covid-19 como trabajadoras de la salud, cuidadoras, innovadoras y organizadoras comunitarias. También se encuentran entre las y los líderes nacionales más ejemplares y eficaces en la lucha contra la pandemia. La crisis ha puesto de relieve tanto la importancia fundamental de las contribuciones de las mujeres a la sociedad, como las cargas desproporcionadas que soportan.
La crisis económica y social que estamos viviendo, no afecta igual a hombres y mujeres y, por lo tanto, tampoco son iguales las consecuencias que ésta tiene en la salud psicológica. La depresión, la ansiedad y la sobrecarga mental son las patologías más frecuentes asociadas al estrés que está causando la crisis sanitaria en mujeres sin antecedentes de desórdenes mentales.
El impacto que ha tenido la crisis sanitaria en las desigualdades de género, no ha tenido aún la suficiente atención. Pero como toda crisis puede ser una oportunidad para el cambio, esta situación que estamos viviendo puede serlo, para impulsar y lograr un futuro más igualitario. Hagámoslo posible.
Nuestra voz es firme, pero todas y todos juntos sonamos más fuertes, busquemos la igualdad, desde y en la diferencia.
Queda mucho por hacer, pero sin duda, lo mejor está por llegar.
Olga Moraga Amaya.
Col. CM-01134
Psicóloga y Vicedecana del COPCLM.
