Los procesos de mediación pueden ser entendido de diferentes formas, pero todas las metodologías en mediación tienen en común el objetivo de intervenir para ayudar a gestionar el conflicto adecuadamente a aquellas personas que se encuentran atrapadas en él.
Desde esta premisa la modalidad de intervención depende de lo que signifique el conflicto para cada persona, por lo que la experiencia que cada uno tiene del conflicto conforma “la teoría del conflicto”.
Existen tres teorías del conflicto identificadas en el ámbito de la gestión y la resolución del conflicto: la teoría del poder, la teoría de los derechos y la teoría de las necesidades, por lo que, dependiendo de la situación de cada persona, cada una percibe el conflicto de estas tres maneras o en alguna de ellas. El Mediador identifica estas representaciones del conflicto y las expectativas del usuario para poder dar respuesta a la demanda que se está realizando y desde la mediación facilitadora se promueve un proceso en el que las partes puedan llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas.
La Teoría Transformativa del Conflicto sería una cuarta modalidad en la que se parte de una visión única del conflicto ofreciendo su propia respuesta a la cuestión fundamental planteada. El conflicto es un fenómeno social y no solo se debe tratar desde el punto de vista de los derechos, intereses o del punto de vista de la necesidad de poder, sino también haciendo especial hincapié en la interacción entre las personas en tanto “seres humanos”, lo cual es precisamente lo que produce un mayor efecto perjudicial y destructivo en todos los aspectos vitales.
La premisa de la Teoría Transformativa se basa en que lo que más preocupa a las personas en relación al conflicto es la crisis en la interacción humana que esto genera.
La siguiente Figura muestra la visión del conflicto humano según lo interpreta la Teoría Transformativa.
La espiral negativa del conflicto Cómo cambiar la interacción en los procesos de conflictos Robert A. Baruch Bush / Joseph P. Forger.
El conflicto no es “estático” sino emergente y dinámico, por lo que resulta susceptible de evolucionar y cambiar por sí solo y con más razón, cuando existe una tercera parte involucrada en el proceso de gestión, pudiendo desplazarse desde la debilidad hacia la fortaleza, desde el ensimismamiento hacia la apertura y la confianza, así como desde el egocentrismo a la sensibilidad respecto al otro. En este proceso intervienen las variables de “revalorización”, “reconocimiento” y “fortalecimiento”.
La motivación humana para transformar el conflicto en algo positivo, prueba la capacidad de las personas de revertir el ciclo en el que se encuentran inmersas.
Desde la práctica competente y en base a los resultados provenientes de proyectos de investigación realizados, Dorothy J. Della Noce (Transformative Mediation: A Sourcebook – 2010) identificó cinco estrategias fundamentales utilizadas por mediadores transformativos:
1. Orientar a las partes hacia la conversación constructiva con el fin de que ambas se muevan hacia el reconocimiento y fortalecimiento.
2. Orientar a las partes hacia su propia voluntad apoyándoles en su capacidad de perseguir sus propias metas.
3. Orientar a las partes entre sí promoviendo creativamente las oportunidades para que las partes mejoren su entendimiento mutuo.
4. Promover la discusión verbal entre las partes, el diálogo orientado hacia los tópicos donde existen diferencias y discrepancias.
5. Orientar a las partes hacia el proceso de toma de decisiones donde ambos participen equitativamente focalizando y priorizando el interés común.
Se ha podido probar que la MEDIACIÓN TRANSFORMATIVA es una modalidad de intervención particularmente adecuada para aplicar en los procesos de familias que están transitando por situaciones de crisis de alta conflictividad.
Noemi Cristina Calvo.
Psicóloga Jurídico- Mediadora.
Colegiada nº CM-00682
