¿Qué es la Piromanía?

La piromanía es un diagnóstico clínico que se utiliza para definir un cuadro comportamental concreto. Así que, si seguimos el manual diagnóstico de trastornos mentales (DSM), la piromanía se define como un trastorno de control de impulsos. Según este manual, se diagnosticaría como “pirómana” a una persona que:

  • Sienta fascinación por el fuego y estímulos relacionados (ej. cerillas, mecheros, cenizas, etc.).
  • Haya provocado varios incendios de forma deliberada.
  • Sienta obsesiones relacionadas con prender fuego (tensión, excitación, sensación de necesidad…).
  • La conducta de prender fuego la realice con la función de cubrir esa sensación de necesidad, o de obtener bienestar emocional después de hacerlo.
  • No padezca otras alteraciones psicológicas que expliquen mejor la conducta.

¿Todas las personas que incendian son pirómanas?

No. De hecho el porcentaje de personas pirómanas es muy bajo.

La mayoría de los incendios provocados que hemos sufrido y seguimos sufriendo en nuestro planeta, tienen su origen en personas que tienen intereses muy localizados. Intereses económicos, intereses vengativos, intereses políticos…, y esto es lo que diferencia a una persona incendiaria de una persona pirómana. La persona pirómana únicamente busca satisfacer su necesidad. Saciar su impulso. Mientras que una persona incendiaria busca cumplir objetivos secundarios.

¿Por qué existen personas pirómanas?

Existen muchas teorías y opiniones al respecto. Sin embargo, no existe un único factor causal que permita discernir por qué existen personas pirómanas. Es decir, que no existe un único factor causal que convierta a cualquier persona en una persona que siente placer por el fuego.

Pertenecer a una familia disfuncional no te convierte directamente en una persona pirómana. Vivir una experiencia traumática tampoco. Y podríamos seguir diciendo lo mismo de otros factores.

Lo que sí es cierto, es que probablemente en todas las personas pirómanas se produzca un aprendizaje. Es decir, que las personas pirómanas aprendan que el fuego implica placer. Este proceso de aprendizaje podría producirse por observación, por condicionamiento, o por otros procesos. Pero de origen se requiere un aprendizaje.

¿Cómo funcionan psicológicamente estas personas?

En cuanto a su funcionamiento, se sabe que las personas pirómanas sienten una pulsión, una necesidad de pyros. Una necesidad de fuego. Esta pulsión pueden sentirla en el cuerpo como un deseo, como una sensación de tensión, como algo que les llama a hacerlo.

Esta pulsión puede desencadenarse porque han observado algo que les ha recordado al fuego. O porque han tenido un pensamiento relacionado con el fuego. Porque alguien les ha hablado de fuego…

Entonces, cuando la pulsión aparece, sienten la necesidad de cumplir el deseo de prender fuego. Y cuando lo prenden, sienten alivio. Sienten bienestar. Y este bienestar lo sienten como una oleada de placer. El placer es tan intenso que, si no reciben tratamiento psicológico, lo más probable es que vuelvan a quemar.

¿Hay tratamiento para estas personas?

La evidencia científica sugiere que el tratamiento psicológico es eficaz para las personas pirómanas. Pero no cualquier terapia psicológica es válida. La terapia cognitivo-conductual es la que mayor evidencia muestra de efectividad.

Mediante este tratamiento, la persona pirómana aprende a identificar la sensación de deseo. Aprende también a autogestionarse. Y aprende nuevas formas de lidiar con esa emoción, alternativas al provocar incendios.

Andrea García Beato.
Psicóloga.
Vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicología de Castilla-La Mancha.
Colegiada CM-02689

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