Cuando pensamos en violencia de género lo primero que se nos viene a la cabeza son la violencia física, sexual y psicológica. Sin embargo, existen muchas otras formas de violencia tales como la violencia económica, la violencia institucional y la violencia simbólica. El día de hoy vamos a profundizar en la violencia simbólica.
La violencia simbólica utiliza pensamientos, mensajes, conductas y creencias estereotipadas que refuerzan el dominio de lo masculino sobre lo femenino y excluye, humilla y discrimina a quienes no siguen los estereotipos que se imponen en una determinada cultura.
Esta violencia se transmite a través de las instituciones, la familia, la educación y los medios de comunicación, es decir, todo aquello que forma parte de una sociedad. Esta violencia se caracteriza por la internalización de la justificación de la opresión de lo femenino por parte de lo masculino, por lo que el grupo subordinado acepta su situación de sumisión respecto al grupo dominante, culpando al reprimido cuando se intenta salir de los estereotipos establecidos y justificando al dominante que castiga a quienes no los cumplen.
Algunos ejemplos de violencia de género simbólica son la imposición de los roles de género tradicionales, donde la mujer solo es madre y ama de casa, ocupando el espacio privado sin poder disfrutar del espacio público (por ejemplo el trabajo y el ocio); otro tipo de violencia simbólica es la cosificación de la mujer en los medios de comunicación, donde la mujer es objeto de deseo sin ser considerada nada más allá de un cuerpo para el disfrute masculino.
Podemos ver la violencia simbólica en:
– La obligación de cumplir con normas o roles de género impuestos aunque perjudiquen las propias necesidades de la persona.
– La sobrevaloración de rasgos, cualidades y conductas calificadas como masculinas e infravaloración de aquellas consideradas femeninas.
– La exclusión de lugares, trabajos, actividades, etc. por motivo de género.
Las consecuencias de la violencia simbólica van desde una baja autoestima, estrés, ansiedad y depresión hasta la exclusión y el aislamiento de la sociedad. Esta violencia se encuentra interiorizada en la sociedad, por lo que es trabajo de todas las personas poder erradicarla a través de la eliminación de los estereotipos, dejando que las personas sean libres de ser quienes son sin tener que ajustarse a roles en la sociedad solo por su género.
Elena Serrano Jiménez.
Psicóloga sanitaria especializada en trastornos adictivos. Estudiante de doctorado en la UCM.
Investigadora predoctoral en el Instituto de investigación sanitaria Galicia Sur.
Miembro de la Red de Investigación en Atención Primaria de Adicciones.
Miembro del grupo de Psicología e Igualdad de género del Colegio Oficial de Psicología de Castilla-La Mancha.
Número de colegiada CM03451







