Según las Naciones Unidas, la naturaleza se encuentra en situación de emergencia y los ecosistemas o espacios naturales en grave peligro. El cambio climático, el agotamiento energético, la pérdida de la biodiversidad, la degradación de los suelos y la contaminación de los ecosistemas, y más en concreto los desechos plásticos que invaden todos los ecosistemas, son problemas apremiantes que nos exigen acciones urgentes y un estilo de vida sostenible en equilibrio con la naturaleza. La protección de los ecosistemas y la eliminación de la contaminación se consideran aspectos fundamentales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El Día Mundial del Medio Ambiente 2025 hace un llamamiento a la acción colectiva para enfrentar el desafío global de la contaminación por plásticos y motivar a las personas, corporaciones y gobiernos a adoptar prácticas sostenibles que impulsen un cambio para eliminar el uso de los productos plásticos que afectan a la salud humana y a la biodiversidad al contaminar todo tipo de ecosistemas. En concreto, desde el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se nos advierte sobre los efectos de la contaminación por plásticos y nos invita a repensar nuestra relación con el plástico para construir un futuro sostenible, rechazando y reduciendo su uso, reutilizándolo y reciclándolo.
El Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra cada 5 de junio, fue establecido el 15 de diciembre de 1972 por la Asamblea General de Naciones Unidas. La declaración de este día se establece a raíz de la primera gran conferencia sobre cuestiones medioambientales, conocida como la Conferencia sobre el Medio Humano o Conferencia de Estocolmo, celebrada en junio de ese mismo año. Su finalidad fue resaltar que la protección y la salud del medio ambiente son cuestiones fundamentales que afectan al ser humano a través del bienestar de la población y del desarrollo económico mundial. Desde 1973, el Día Mundial del Medio Ambiente ha servido para promover la conciencia ambiental y ha generado multitud de acciones significativas para lograr la sostenibilidad a nivel global.
Este concepto de sostenibilidad es crucial para el bienestar humano a largo plazo. La psicología ambiental estudia las creencias y comportamientos que impactan en nuestro entorno natural y los psicólogos ambientales analizan cómo lograr que las personas cambien sus comportamientos para su propio bienestar y el del planeta. Estos conocimientos pueden orientar el desarrollo de prácticas diseñadas para ayudar a los seres humanos a mitigar los impactos más dañinos del cambio climático, así como a comprender los comportamientos que provocan la pérdida innecesaria de biodiversidad o a contaminación y otros desafíos para nuestro entorno natural y por tanto para los seres humanos. A este respecto, replantear la responsabilidad ambiental como una tarea positiva es fundamental para aplicar los principios psicológicos al bien común.
La investigación psicológica demuestra que las emociones positivas aumentan la creatividad de las personas para resolver problemas y realizar otras tareas cognitivas. Por ello, en los mensajes para la acción de protección y cuidado del medio ambiente, las emociones positivas tienen mayor probabilidad de cambiar comportamientos. La alegría, frente al miedo, la ansiedad y la ira, puede hacer que las personas mantengan sus acciones en el tiempo y conseguir un cambio de comportamiento a largo plazo. La ciencia del comportamiento prioriza el cambio, pero éste no persiste cuando las cosas se ponen difíciles. Es necesario considerar aspectos que pueden ser muy eficaces para el cambio, sobre todo de aquellos procesos y comportamientos implicados en la toma de decisiones de las organizaciones y de los gobiernos, como son las recompensas intangibles, el impacto social y la conexión con los entornos. Las decisiones estructurales de las grandes organizaciones humanas tienen un gran impacto social e influyen en mayor medida en las conductas de uso o producción de elementos tan contaminantes como pueden ser los plásticos, que están afectando de una forma grave a la salud de los ecosistemas y al conjunto de los seres vivos que sostienen la vida en nuestro planeta.
Antonio González.
Responsable del Grupo de Psicología y Medio Ambiente del COPCLM.
Colg nº CM00299