Grupo de Psicología del Envejecimiento. Grupo de dependencia

El envejecimiento poblacional ha despertado el interés científico y de diversos profesionales por diversos aspectos relacionados con la salud general de este colectivo y sus cuidadores. En el año 2019, las personas mayores de 65 años suponían un 19,1% de la población española, y de ellas, el 6,1% tenían más de 80 años (Abellán et al., 2019).

La previsión es de que se produzca un progresivo aumento en esta población y un envejecimiento de los mayores de 80 años (Instituto de Mayores y Servicios Sociales [IMSERSO], 2015; Instituto Nacional de Estadística [INE], 2014). En esta franja de edad es habitual la comorbilidad médica aumentando la discapacidad hasta el 20,7% (Casado y López, 2001). Por tanto este mayor aumento de la esperanza de vida y del envejecimiento de las personas mayores supondrá un mayor número de situaciones de dependencia (IMSERSO, 2017) y el requerimiento de más apoyo y ayuda en la vida cotidiana (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2016).

De igual manera, el mayor número de personas mayores comportará la aparición de nuevas necesidades de atención, incluidas las necesidades psicológicas y el interés por parte de Gobiernos, familias y usuarios tanto por la promoción de la salud y envejecimiento activo como por la prevención de enfermedades y la discapacidad asociada. Por tanto, todo lo que se refiere a conductas de salud, su promoción y cuidado a la salud psicológica de personas mayores y sus cuidadores, es y será un ámbito de trabajo y especialización futura por parte de los psicólogos.

La Psicología del Envejecimiento, denominada en otros manuales Psicología de la Vejez es un área de conocimiento de la Psicología que habitualmente se adscribe a Psicología Evolutiva, si bien con el desarrollo de la disciplina, son múltiples las vertientes y áreas de especialización que se han ido creando.

Así contamos con figuras como el psicogerontólogo, el gerontólogo y neuropsicólogo, que dedican su labor profesional al trabajo con personas mayores en contextos diversos y con funciones no siempre claras y conocidas por gestores y resto de profesionales. A cada una de estas figuras se accede a través de diferentes formaciones y existen numerosas Sociedades profesionales que agrupan a los diversos profesionales. Además en el ámbito de la vejez, se hace más habitual y deseable la colaboración interprofesional, siendo el abordaje integral, centrado en la persona y multidisciplinario lo habitual en este contexto. Es muy habitual el trabajo conjunto con profesionales del trabajo social, terapia ocupacional, fisioterapia, medicina y enfermería.

Sin embargo, conviene distinguir el trabajo y especialización de cada uno de los profesionales que realizan su ejercicio profesional en función del tipo de pacientes sobre los que se interviene así como el lugar donde se ejerce dicho rol. No es lo mismo un psicólogo que haya realizado especialización en gerontología y trabaje en un centro de día, que una psicóloga especializada en neuropsicología, que haga valoraciones cognitivas en un centro de rehabilitación.

Es necesario hacer una separación y diferenciación entre el área de psicología del envejecimiento y neuropsicología. Equiparar ambas podría ser un error, ya que si entendemos que pueden agruparse en el mismo área, estamos mandando el mensaje de que todo el proceso de envejecimiento es patológico, que todas las personas mayores llegada a determinada edad va a sufrir un accidente cerebrovascular con secuelas neuropsicológicas crónicas o que va a desarrollar una demencia degenerativa,  dejando de lado aspectos importantes y cruciales desde el ejercicio de nuestra profesión como son la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad.

Además, la labor de cuidadores no profesionales o informales, que soportan el mayor peso de cuidados de la dependencia en nuestro país, pues más del 80% de personas con demencia son atendidas por sus familiares, quedaría fuera de la atención y grupos de trabajo. La labor poco reconocida de los cuidadores familiares de personas mayores  debe ser atendida y trabajada desde el Colegio Profesional, pues ha sido ampliamente estudiadas las repercusiones sobre la salud psicológica del cuidado prolongado de personas en situación de dependencia, cuyo Sistema de atención no se sostendría sin la labor que realizan a diario.

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